El desarrollo de las inteligencias en cada persona es diferente ya que depende del ambiente en que crecieron y de las experiencias educativas que han tenido.

Esto hace que cada persona tenga un perfil intelectual según sus fortalezas y debilidades en cada una de estas inteligencias.

Las inteligencias se combinan según la profesión. Un arquitecto tiene una inteligencia espacial desarrollada al visualizar sus proyectos en forma tridimensional, pero también tiene todas las demás: la inteligencia lógico matemática al realizar cálculos de estructuras, la naturalista al crear proyectos con un enfoque ambientalista, la corporal para modelar o transformar sus proyectos y la lingüística al presentar sus proyectos, por ejemplo.